viernes, 17 de mayo de 2024

No encarnes con podrida: Carta abierta al Peluca Loca

El martes 14 de mayo, descubriste en el Salón de los Patriotas Argentinos de la Casa Rosada un busto de Carlos Saúl Menem. Visiblemente emocionado, escoltado por granaderos y seguido por un auditorio que contaba con familiares y ex funcionarios, no dudaste en decir “Les duela o no, ha sido el mejor presidente de la historia. Si hay algo que dije siempre es que fue el mejor presidente de la historia y hoy vengo con el honor y el orgullo de estar reestrenando este busto”.

Ay, ay, ay Javier, ay peluca loca, ya empezamos a encarnar con podrida; la misma carnada que nos tuvimos que comer durante toda la gestión kirchnerista; gestión visiblemente provocadora que no dudaba en ponerle el nombre de Néstor Carlos a cuanta avenida, colegio, hospital, escuelita, gasoducto o centro cultural hay, a diestra y siniestra de nuestro ancho y largo país.

Es una provocación ponerle nombres de un personaje contemporáneo a quien la mitad de la población, entre los que me incluyo, no tolera y nos baja la presión, se nos cierra la glotis y se nos brota la piel, cuando escuchamos su nombre o el de su señora, u oigo la provocadora voz de la siempre beligerante y provocadora expresidenta que me hace apagar la radio.

Si bien tiendo a pensar que Menem, por lo menos para mí, no fue tan alergénico, creo que fue quien inauguró en la Argentina, después del advenimiento de la democracia la corrupción ostentosa y abierta como método de gobierno.

Más aún, entiendo que dio los puntapiés iniciales para un cambio cultural que incluyó la frivolidad como parte de su modus operandi, que aparecía mucho en televisión, que hablaba de su Fersari (quiero expresarlo en la lengua de Joaquín V. González), que jugaba al tenis con vincha, que jugaba al fulbito y que iba a comer con Mirta, la antediluviana, la sempiterna.

El primer gesto gubernamental de “el Carlos” como lo nombrabas chupándoles las medias, fue dar un volantazo de 180 grados a las expectativas electorales y liberalizar el gobierno, lo que no está mal en sí, vendiendo las joyas de la abuela, haciendo cómplices “calladitamente la boca” a sindicalistas que se enriquecieron, rodéandose de funcionarios que venían de vivir en casitas del gobierno en La Rsioja y de un día para el otro pasaron a ser rsicos y ostentosos, para luego, inteligentemente, desaparecer, bajar el perfil y pasar al olvido.

Destruyó los trenes “Rsamal que para, rsamal que cierrsa” y efectivamente, “rsamal que paró rsamal que cerrsó”. Se cargó a las escuelas técnicas, contribuyó a la destrucción de la educación pública, le enseñó a la díscola sociedad argentina que había que ser pícaro, se rodeó de coimeros que se compraron trajes claros y corbatas italianas, y barcos, y rselojes dorados y perfumes y rsaquetas de tenis y champán francés y putas caras.

Achicó el “Estado fracaso” a favor de la banca privada, que luego de su gran fracaso, nos tiró por la cabeza las empresas quebradas que las terminó recomprando el “Estado fracaso”.

Y además mucho country, mucho barrio privado, etcétera. Menem, Peluca, Menem fue una mierda; un verdadero cáncer para el que hizo falta una quimioterapia muy tóxica: el kirchnerismo. Se nos cayó el cabello, la educación, nos sumieron en la pobreza, en el endeudamiento y en la inflación. 

El Carlos nos dejó un déficit fiscal que generó una deuda pública impagable, que le dio el trampolín al peronismo para hacer saltar al De la Rúa, Nos dejó 146 mil millones de deuda externa, una desocupación del 11,8%; le vendimos armas a Croacia y a Ecuador, Río Tercero voló por los aires hacia arriba y Lourdes Di Natale voló por los aires hacia abajo.

Terminó dando lástima, mucha lástima. Y vos desempolvás su imagen y descubrís su busto.

Peluca loca: Te banco un poco de locura, te banco un poco de insensibilidad porque está claro que no tenemos donde caernos muertos y en caso de levantarse este país, cosa dudosa, llevará décadas en hacerlo.

Vivo de la medicina prepaga y me está doliendo el latigazo en la espalda que nos diste con tu ida y vuelta, con tu ¡Viva la libertad carajo! pero después con tu no taaaaaanta libertad a un sector que no tiene regulados sus costos, exponencialmente crecientes, pero sí sus precios.

Pero no jodas con el espejo retrovisor selectivo, no vaya a ser cosa que nuestros nietos se coman el busto de Cristina, o un monumento enfrente de la facultad de ingeniería que reemplace al Canto al Trabajo de Rogelio Yrurtia por uno de Lopecito con Bolsos o la escultura de los galgos rusos sea reemplazada por una tuya con tus mastines.

P.D. no vengan tontitos populistas con "Ahhhhh viisssteeeee, ahora jodete". Voy a señalar cuanto desatino vea y si corresponde, lo descalificaré totalmente. Ser peor que la inmundicia que nos dejó el kirchnerismo, es posible, pero todavía muy remoto. 



          Canto al trabajo: escultura de Rogelio Yrurtia - Facultad de Ingeniería


                                        Lopecito con Bolsos y Religiosa





lunes, 22 de abril de 2024

Buscando el helicóptero

"¡Salgamos a las calles a defender la universidad!"

Mañana marchan para “defender la universidad pública”: 

  1. Un puñado de psicópatas violentos que teniendo menos del uno por ciento de los votos buscan lo único que saben: molestar. Que si les diesen el gobierno o el control de las empresas, derrumbarían todo en una semana. Son los "14 toneladas del Gordo Mortero".
  2. Un gran grupo de corruptos que ya destruyeron lenta pero inexorablemente la universidad pública: llenándola de corrupción, de politiquería barata, de calienta sillas, de discurso populista berreta y vacío: básicamente el kirchnerismo y el peronismo “auténtico”.
  3. Un gran grupo de tontos bienintencionados que, con su ignorancia, su bonhomía peligrosa, les hacen el caldo gordo al resto. 

Resultado: golpismo; golpismo del mejor signo, puro y duro. Hasta que no vean al helicóptero embarazado del León libertario, no paran. 

"Será una marcha de toda la sociedad argentina que valora la universidad pública y que cree que el país para progresar y salir de esta crisis necesita de educación pública”. 

Me dice Chat GPT: 

“La falacia de la "bandwagon", o "falacia del tren de bandera" en español, es un error de razonamiento que se comete al argumentar que algo es verdadero, correcto o aceptable solo porque muchas personas lo creen o lo hacen. Básicamente, implica seguir la corriente de opinión popular en lugar de evaluar críticamente la validez de un argumento. 

Por ejemplo, si alguien dice: "Todo el mundo está usando esta nueva aplicación, así que debe ser la mejor", están cometiendo la falacia del tren de bandera. La popularidad de la aplicación no necesariamente garantiza su calidad o utilidad. 

En resumen, la falacia del tren de bandera consiste en aceptar una idea solo porque es popular o porque muchas personas la siguen, en lugar de evaluarla objetivamente por sus propios méritos.”. 

Hay una gran confusión, bastante demagógica, con respecto a la universidad pública, libre y gratuita. Bien sabemos que es un lugar donde entra cualquiera, donde el 70 por ciento de los que ingresan no egresan, lo que significa una salvaje dilapidación de recursos que podrían destinarse a mejorarla en muchos aspectos; que los programas con los que se enseña son del siglo pasado, que las condiciones edilicias poco menos que nefastas, que muchos profesores no deben pisar las facultades desde hace años y que, en nombre de la demagogia populista, han florecido cientos de universidades absolutamente ineficientes y cuando digo ineficientes significa que gastan enormes cantidades de recursos para que de ellas egresen pocos y muy malos profesionales. 

Por favor no me tilden de libertario, ni de macrista, ni de mileísta, ni de bullrichista ni menos que menos, de facho. 

De modo que quienes quieran cuidar la universidad pública, está perfecto, a la marcha. Pero al otro día, sigan haciendo marchas para que mejore. 

El mito de que la UBA (lo habrán escuchado mil veces) califica (“ranckea”)  como "una de las mejores universidades del mundo" es una falacia, en el mejor de los casos. Conozco varios profesores que no pisan la facultad. Una vez me tomé el trabajo de documentarme sobre cuál era el origen de ese mito y creo que se basaba en el número de extranjeros que ingresaban ¡Eso es una falacia! “¡Ingresan extranjeros, por algo será!” Sí, sí, ¿Saben por qué? Porque es gratis. En los últimos años la UBA se llenó de brasileros a quienes allá, en Brasil, le es muy costoso estudiar ¡Cuidado ahí pavotes! No me vengan a tildar de xenófobo, ni de racista ni, nuevamente, de facho. Sería lo mismo que tildar de xenófobo a quien rechaza las inversiones extranjeras, argumento harto difundido como, también, harto imbécil. 

Otro comentario: el ingreso irrestricto es una barbaridad. El ingreso no puede ser para el que pase frente a la facultad vea luz y entre, se anote y encima no se reciba nunca. El costo de enseñarle a un alumno es altísimo, los dineros son públicos, lo que se gasta en una cosa, no se gasta en la otra; si encima, se tira a la basura en un 70 por ciento que jamás se van a recibir es poco menos que un delito. Tengamos una partida presupuestaria y banquemos a los pobres que tienen capacidad (aptitud) y ganas (actitud) demostrada para no solo no cobrarles sino para pagarles para que puedan estudiar y recibirse: para pagarles todo, comida, indumentaria, materiales y vivienda. Sin duda habrá gente de escasos recursos que se beneficiará y beneficiará a la “nueva y gloriosa nación”.  En ningún país serio cualquiera puede hacer cualquier cosa con el dinero público, menos que menos dilapidarlo. Acá sí, acá se puede gastarlo, malgastarlo, dilapidarlo, robarlo y llevárselo afuera. Acá vale todo. 

Dijo el ex ministro Lacunza:  

  1. ¿Universidad pública? Sí, igualdad y crecimiento. 
  2. ¿A cualquier presupuesto? No, porque pagan los pobres. 
  3. ¿Hay gasto ineficiente? Sí, financiaban contratos públicos (a lo que yo le agregaría que eso es lo de menos, porque banca a miles y miles de inútiles calientasillas 
  4. ¿Auditoría independiente? Obvio. Claro que tienen que ser auditadas por organismos independientes. Y, si no fuese mucho pedir, honestos porque en la Argentina, poner a la zorra a cuidar los huevos, es la norma, no la excepción.  
  5. ¿Fuentes de financiamiento complementarias? Sí: ejemplo, contribución de los egresados. Los estudiantes deben poder tener acceso a préstamos que les faciliten estudiar y luego devolverlos. 
  6. ¿Becas a estudiantes de ingresos bajos? Claro que sí; hasta pagarles todo. Siempre y cuando estudien, claro está.  
  7. ¿Es de buena calidad? Lacunza dice que sí pero heterogénea. Yo digo que en su gran mayoría no. Estudiamos con currícula del siglo XX. ¿Es concebible que para recibirse de mal médico un egresado deba cursar un ciclo básico, seis años de carrera y un internado rotatorio?. Para egresar como (muy) mal médico, repito. 
  8. ¿Hay política en los claustros? Lógicamente.
  9. ¿Hay adoctrinamiento? No (excepción no es regla). Aclaro no se baja línea política desde las cátedras. 
  10. ¿Revisar contenidos y programas? Lacunza dice “Constantemente” yo diría “chocolate por la noticia Lacunza”. Casi habría que tirar todo y poner la canción de Lerner Volver a empezar. 

De manera que vayan a marchar sin saber por qué. Pronto tendremos helicóptero y pronto volverá el peronismo de las mil caras y un solo resultado: la degradación lenta de “la nueva y gloriosa Nación”. 

Y no me tilden de macrista, ni de mileísta, ni de libertario, ni de bullrichista, ni, mucho menos, de facho. Si quieren, tíldenme de antiperonista ¿Vale? 




domingo, 10 de marzo de 2024

El corazón del daño

Este viernes fui al teatro Picadero a ver El corazón del daño, una obra de María Negroni, dirigida por Juan Carlos Tantanián y actuada por Marilú Marini. 

El lenguaje de los críticos de arte, me suele resultar tan complejo que no pocas veces me imagino al autor, sea un dramaturgo, un artista plástico, un escritor, un poeta o un director de cine, pensando “¿Esto dije yo? ".

Por esto, y sin ese lenguaje complejo, resumiría El corazón del daño como un monólogo en el que una hija recorre su relación signada por una madre compleja, una madre atroz que todo lo hacía difícil. Se trata de “la ocupación más ferviente y más dañina de mi vida: nunca amaré a alguien como a ella”. 

Pero no me voy a referir a la obra. No soy crítico de teatro soy un simple y bastante ignorante aficionado, con su sensibilidad, nada más. 

Me voy a referir a mi experiencia, en el teatro Picadero, con Marilú Marini, en ocasión de El corazón del daño. 

Según la crítica, según el propio director “al menos una vez en la vida hay que verla actuar a Marilú Marini”. Para mí… bastó y sobró. 

Así como el odio a una madre que todo lo hizo difícil, signó la vida del personaje, el odio a una actriz histérica y endiosada signó desde poco de comenzada la presentación mi experiencia con la misma. 

Salió una mujer de ochenta largos, vestido negro y zapatillas color chicle, se paró ante el público, saludó a algunos conocidos, entre ellos, la autora de la novela, María Negroni y luego se detuvo en una imposición casi admonitoria: si sonaba un celular, si sonaba una alarma de un celular, empezaría de nuevo. 

Y así fue. 

A poco de empezada la obra, sonó un celular y el mundo se detuvo: la actriz, como una severa profesora de geografía que acaba de sentir un tizazo que viene del fondo del aula y estalla en el pizarrón, dio un fuerte golpe con las palmas de ambas manos en la mesa larga a la que estaba sentada; se puso de pie, anticipó solemnemente al público en general lo que iba a suceder, dirigió lenta y ceremoniosamente su mirada al lugar de donde había provenido el sonido de la alarma y en un tono terroríficamente maternalista, de una madre muy similar a “la ocupación más ferviente y más dañina de su vida” le dijo dos, o tres veces “¿Apagás el celular, por favor, lo apagás, lo apagás?” 

Y empezó de nuevo. 

Una severa madre que, con su histriónico, con su histérico, protagonismo me hizo pasar un mal momento. Y estoy seguro de que otros espectadores lo habrán pasado también mal. 

Me costó engancharme con la obra. Me cuesta mucho reaccionar rápida y asertivamente a las agresiones; una parte de la obra estuve pensando “¡Qué pena que no me paré y me fui diciendo que “el daño” ya estaba hecho!” 

Luego de este recomienzo siguió la obra, fue creciendo. Según algunos más entendidos que yo, no fue gran cosa. Pero no hablo de eso. 

No sé si esta señora habrá sido toda su vida así de diva, así de autoritaria, pero ¡Qué mal la pasé señora Marini, qué mal la pase! Mi odio a su acto de humillación, a su intemperancia, a su divismo exagerado, a su histeria protagónica fue el sentimiento más fuerte que me llevé de El corazón del daño, señora Marini.

Moisés arde de ira - Gustave Doré


domingo, 27 de diciembre de 2020

Los apropiadores del discurso

 

Comparto este contrapunto, porque creo que en no pocas cosas, me explica.

A un paciente, con quien las consultas, a lo largo de los años se fueron enriqueciendo por eso mismo, por los años, como lo hacen los vinos buenos y por la inteligencia y el respeto, mandé hace poco un artículo de Gonzalo Garcés, un periodista de La Nación, que me parecía, un resumen de las tantas cosas que pienso:

¿Por qué la oposición tiene tantos complejos con los derechos humanos? Gonzalo Garcés - La Nación

https://www.lanacion.com.ar/opinion/por-que-la-oposicion-tiene-tantos-complejos-con-los-derechos-humanosopinionpresencia-ausencia-distancias-nid2543585

Se tomó un tiempo y me respondió lo siguiente:

Estimado Dr. García: 

Dos cosas. La primera es hacerle llegar mis felicitaciones por su cumplemédico. 40 años es mucho y sobre todo nos deja mucho. Por eso un fuerte abrazo.

La otra. Le respondo por este medio (que me resulta más cómodo para escribir), la nota de La Nación que me mandó a mi WhatsApp. Responder es una manera de decir, porque si algo no quiero es entrar en una polémica que no es tal. El señor que escribe la nota, como todos los medios hegemónicos que responden al verdadero poder, hace una verdadera ensalada cuyo componente central es la mentira y la confusión. Pero, desde mi posición (yo no soy independiente ni neutral, aunque comparado con La Nación soy mil veces más objetivo), el gorilismo que allí se expresa olvida (oculta) que entre el 70 y el 80% de los desaparecidos, presos y exiliados, fueron peronistas. Aclaro que yo no lo soy (pertenezco a la izquierda setentista), pero, por suerte, tampoco soy gorila. El peronismo tiene todo el derecho de ser el protagonista principal en la lucha por los derechos humanos.

Sólo una cosa más: las policías de todas las provincias son bandas mafiosas y habitualmente autónomas. Los gobiernos no pueden, y a veces no quieren, enfrentarlas y desarticular esas mafias. Por eso pasan las cosas que se relatan en la nota. No obstante, el peronismo (y dejo aparte a López Rega y similares) no suscribe la doctrina Chocobar, que enunció Macri. En cambio, esta oposición y los medios que publican notas como la que me envió, defienden y ensalzan esa doctrina que le pide a la policía que mate por la espalda primero y después pregunte.     

Ud. es un tipo inteligente, muy inteligente y valioso. Y es una picardía. Si yo tuviera 10 años menos me hubiese impuesto la tarea de afeitarle los muy poquitos pelos de gorila que le quedan. Dicho esto con todo afecto, porque Ud. sabe que lo estimo y respeto. Ninguno de los dos somos hipócritas. Eso sí, Ud. es un poco más calentón que yo, cosa que muestra en algunos relatos con los que me regocijo.

Le deseo muy felices fiestas (se lo dice un ateo que las padece) y lo mejor para el próximo año.

Fernando Núñez.

P.D.: voy a iniciar la lectura de un libro muy recomendado, Los pacientes del doctor García, de Almudena Grandes, una autora española que me gusta mucho. Quien le dice a lo mejor lo descubro en la España de los años de la guerra civil. Déjeme que no dude de que bando estaría Ud. 

Y mi respuesta, tampoco demoró:

Amigo:

Imaginará que me gusta mucho debatir; algunos confunden mi debate, mis argumentaciones, con la mera acción de provocar. Nada más lejos. Es que soy yo el que se siente permanentemente provocado por la realidad y sus "editores" sesgados, entonces respondo enérgicamente. 

Me regalaron el libro de Almudena Grandes, no sé si tendré tiempo para leerlo: quiero vivir no más de 7 años más y en ese corto lapso todavía quiero ver algunos pacientes, mejorar la atención en el Hospital Italiano, releer varios libros, continuar releyendo y estudiando Ulises y Rayuela y leer unos pocos libros más que me debo.

Para debatir hay que argumentar y para argumentar hay que escribir (a las palabras se las lleva el viento); no queda otra que leer, así que, sigamos debatiendo y aguánteme.

Valga, como epígrafe, esta reflexión de Raúl Alfonsín sobre el populismo:

https://www.youtube.com/watch?v=vpBX9RLocW0

Estimado Fernando:

Paso a responderle, con argumentos, o con preguntas o con reflexiones, unos cuantos puntos que usted me señala: 


1.       “El peronismo tiene todo el derecho de ser el protagonista principal en la lucha por los derechos humanos.”

¿Por qué el peronismo tiene todo el derecho a ser el protagonista principal en la lucha por los derechos humanos? ¿Basándonos en qué? ¿Qué es ser el protagonista principal? ¿Le da más derechos que a los demás?


2.       “…el gorilismo que allí se expresa olvida (oculta) que entre el 70 y el 80% de los desaparecidos, presos y exiliados, fueron peronistas.”

Probablemente haya un porcentaje no despreciable de desaparecidos no peronistas. También un porcentaje no despreciable de los desaparecedores, los que iniciaron, inauguraron con pompa y circunstancia el terrorismo de estado en la Argentina eran peronistas.

Ese peronismo que según usted “tiene todo el derecho” suscribió la ley de autoamnistía (22.924) que luego derogó Alfonsín.

Ese peronismo que según usted “tiene todo el derecho” firmó en 1975 cuatro decretos de aniquilamiento del accionar subversivo. Uno firmado por María Estela Martínez de Perón que daba inicio al Operativo Independencia;  los otros tres, firmados por Ítalo Argentino Luder, Presidente Provisional del Senado.

 

3.       “El señor que escribe la nota, como todos los medios hegemónicos que responden al verdadero poder, hace una verdadera ensalada cuyo componente central es la mentira y la confusión.”

Por favor, le pido que me señale y argumente en qué miente y por qué miente, el señor que escribe la nota (Gonzalo Garcés).

El peronismo ganó el relato de “representar al pueblo”: el pueblo somos todos incluido un gran porcentaje no peronista y otros que, como yo, nos hicimos profunda y orgullosamente Gorilas. 

Yo, no nací Gorila Fernando: en 1973, no voté a Perón porque me faltaban unos días para poder votar; voté a Pilo Bordón, voté a Néstor Kirchner y también voté a Cristina Fernández. Voté a Alfonsín en 1983, voté al Partido Intransigente, soy ateo, estoy a favor de la legalización del aborto, apoyo la intervención fuerte del Estado en la economía (pero como en los países nórdicos, no para robar), soy republicano y laico, estoy orgulloso de serlo.

Siempre definí a un Gorila como a alguien que jamás podría reconocer nada, nada bueno del peronismo. Ahora, soy, como le digo, orgullosamente Gorila, no tengo, como usted dice “unos pocos pelos de Gorila” cada día me crecen más y cada día me crecen más fuertes y convencidos. Para mí, el peronismo, ese movimiento ameboide de mil cabezas fue, es y será la peor lacra que le pudo “pasar” a la Argentina, y entrecomillo “pasar” porque a los que las cosas les “pasan”, se las merecen.

Néstor Kirchner en una semana ordenó bajar el cuadro de Videla en el Colegio Militar y luego, en el edificio de la ESMA, pidió "perdón en nombre del Estado por haber callado durante 20 años de democracia". Omitió que el Estado no solo no había callado sino que cuando los militares tenían todavía gran poder de fuego, formó una comisión de desaparecidos, los contó, relató los hechos, los sentó en un tribunal, los juzgó (con la ley en la mano), los condenó y dijo Nunca Más.

Tanto la bajada del cuadro como la perorata de la ESMA fueron bravuconadas de un delincuente que en las épocas del fuego duro, se refugiaba en la comodidad burguesa de Río Gallegos ejecutando hipotecas (actualizadas por la “circular 1050)  a los pobres “chilotes” (gentilicio peyorativo del sufrido chileno, mano de obra barata en el sur que viene de generalizar el gentilicio del natural de la región de Chiloé):

https://www.lanacion.com.ar/politica/una-fortuna-que-crecio-gracias-a-la-celebre-circular-1050-nid1651009/

Dicho en pocas palabras: se adueñaron, confiscaron el discurso de los derechos humanos.

El peronismo había prometido en 1983 que, de ganar, iba a respetar a rajatabla la autoamnistía dictada por los militares poco antes de irse. Coherentes con esa decisión, resolvieron no formar parte de la Conadep, que en el decreto de su creación contemplaba la integración de representantes legislativos de las bancadas mayoritarias y sólo estuvieron los radicales.

La semana pasada retiraron del CCK una frase de Borges: “Nadie es la patria, pero todos lo somos”. ¿Con qué derecho?

https://www.clarin.com/cultura/-nadie-patria-retiraron-frase-jorge-luis-borges-cck_0_47QRMrFbv.html

Fíjese sin ir más lejos, qué prepotencia la del peronismo de cambiar nombres de calles, ponerle al CCK el nombre de alguien contemporáneo y altamente cuestionado (puesto que al menos un 40 por ciento de los argentinos los detestamos profundamente): una verdadera provocación, innecesaria por otra parte. Imponer esos nombres, en mí y en mis congéneres gorilas generan cada día más anticuerpos, verdaderos shampués vigorizantes de mi pelaje de gorila. 

4.       “(y dejo aparte a López Rega y similares)”

Lamentablemente hubo demasiados “similares” en el peronismo: empezando por Menem, por toda la cúpula sindical corrupta hasta el tuétano y atornillada a los tronos de los sindicatos para robar, para enriquecerse eterna y obscenamente, sin que nadie los toque: ¿Puede usted entender algo más provocador que el hecho de que Alberto Fernández elogie a los Moyano y a Gildo Insfrán? La cantidad de ladrones manifiestos, enriquecidos a expensas del Estado con sobrefacturaciones y obras que jamás se hicieron y lavando dinero en los hoteles de los Kirchner, estimado Fernando, son hechos probados, probadísimos: Lázaro Báez, Cristóbal López, los secretarios de los K, De Vido, Boudou (“preso político”), Rudy Ulloa, Ricardo Jaime, Schiavi, Milani, un jardinero Ricardo Barreiro, millonario, las inmundicias del Irangate, la causa de los cuadernos y muchas otras más.

Estimado, no sé si sabe que soy riogalleguense y que compartí unos trece años de mi vida con NCK; Río Gallegos era un pueblo y nos conocíamos todos: la trayectoria de los K me es muy familiar y como usted sabrá, en los pueblos, el pueblo sabe todo. Entiendo, “ser riogalleguense” no me da autoridad para creerme dueño de la verdad, sería una falacia ad hominem, una de las tantas falacias que tanto les combato a los pseudo-progresistas, pero créame que las barbaridades que hizo esa caterva de psicóticos enriqueciéndose en forma obscena y ostentosa, las saben todos, son vox populi.

Gran parte de las “bandas policiales” que usted menciona fueron creadas por los capitostes peronistas. Todos los feudos del norte argentino son creaciones del peronismo, empezando por Gildo y todos esos caciques corruptos e impresentables. Todas provincias visceralmente atrasadas, con una inequidad y con unas cifras de pobreza y mortalidad subsaharianas, pero con caciques que tienen aviones particulares, que hacen “bodas reales” en palacetes faulknerianos en medio de la miseria: eso no es solamente Blaquier amigo Fernando, detrás de eso hay mucho, mucho, “peronismo”.

¿Vio usted algún debate de las “honorables” cámaras? Dan vergüenza (en el mejor de los casos; a mí me soliviantan de una manera rayana en la violencia irracional) ¿Vio la calidad de esa gente?

             5. Quien le dice a lo mejor lo descubro en la España de los años de la guerra civil. Déjeme que no dude de que bando estaría Ud.  

Naturalmente estaría del lado del gallo rojo. Aunque también cometió atrocidades y de haber cantado el gallo rojo habría cometido muchas otras atrocidades más; a las monjas les estallaban los oídos con las perlas de los rosarios; convendrá que eso no es el mejor disenso republicano. 

La “izquierda” argentina tuvo espectros que van desde el colaboracionista y entregador Partido Comunista Argentino, hasta el bruto de Cepernic de mis pagos, El Tío de San Andrés de Giles (otro ignorantón que un día el peronismo nos sentó en el sillón de Rivadavia), Bidegaín y Jorge Abelardo Ramos, que terminó siendo embajador de Menem en Méjico, Hebe de Bonafini, Milagro Salas, los Schoklender: “La izquierda argentina” otro engendro, otra hydra de mil cabezas teñida de sangre, de violencia y de impunidad. Una gran falacia de Nirvana: la creación de un ideal, la apropiación de ese ideal y en consecuencia: la “legitimidad” de atacar cualquier idea contraria: ante cualquier cosa que uno critique de los K, o de Fernández o de cualquiera, inmediatamente es puesto en la vereda de enfrente.

Estimado: los “M” los Macris fueron unos inútiles; no estoy de su lado pero así todo, considero que de los dos males, es el menor; a ellos se los saca en dos elecciones: al peronismo no lo sacamos más y el país está cada vez peor, cada vez más degradado en su cultura, en su educación, en su moral, en su capacidad de trabajo. El “argentino medio” de hoy, no tiene la capacidad, y menos la voluntad, para atender un quiosco.

La izquierda peronista nace de niños bien, católicos, que jugaron a la liberación creyéndose que con ir a las villas se iban a ganar al pueblo. Ahí descubrieron a los pobres, luego fueron violentos, utilizaron un lenguaje y una actitud más militar que los militares mismos que ellos combatieron; el “juicio” a Aramburu, si no fuera por lo trágico que fue, fue una payasada militarista autoritaria y en las antípodas del derecho (¡no me ponga del lado de la Libertadora por decir esto por favor!), el operativo retorno, una masacre conducida por hipócritas que luego se asociaron a sus secuestrados y que no mostraron un pelo.

En los años 70 había 4% de pobreza; hoy estamos en 50 y la gran mayoría de esos años tuvimos gobiernos peronistas.

El peronismo no tiene nada de ético: el camporismo de hoy es pseudo ética tramposa, de la cabeza a los pies.

Finalmente: le adjunto un apartado de Juan José Sáer en su ensayo “Buenos Aires, el río sin orillas” sobre Perón y los Montoneros. Suscribo fervientemente todos y cada uno de los renglones de esas 21 páginas que le pido se tome el trabajo de leer. Y sigamos debatiendo. 

Un abrazo.  

 


martes, 19 de diciembre de 2017

Señor diputado

Habiendo votado en su oportunidad a Néstor Kirchner, mi coterráneo y también, una vez, a Cristina Fernández para darme cuenta de que fueron los peores votos de mi vida y que el peronismo, desde el principio ha sido, por convertirse, por irracional y falaz, en una religión, la peor tragedia que tuvo y sigue padeciendo la Argentina, ayer celebré el triunfo de la reforma previsional.

Es más, reconozco que habría celebrado el triunfo de leyes mucho peores, aun perjudicando a las clases más vulnerables, porque esencialmente, no sentía que era la ley en sí lo que se debatía sino un estilo de gobierno con principios republicanos. Un estilo que el peronismo, que siempre se rasga las vestiduras, jamás aceptó y toda vez que pudo desestabilizó cualquier gobierno constitucional que no sea de su signo.

Ayer pusieron en práctica, ese burdo estado de conmoción que tantas otras veces ensayaron, lamentablemente con éxito, con delincuentes e inmorales que en nada representan a las clases que dicen representar, destruyendo, provocando, creando ese ambiente destituyente que tanto critican pero que tan bien ejercen.

Que usted haya manifestado, sin que se le mueva un pelo, que los últimos tres gobiernos fueron los mejores de la historia, me resulta una infamia, que, como tal, debe venir de un infame, cínico y si no corrupto, adulador de los gobiernos más corruptos de nuestra historia.

Gobiernos que congelaron las jubilaciones, no dudaron en mentir el índice inflacionario devastando el INDEC, gobiernos que dejaron un inaceptable índice de pobreza, gobiernos en que delincuentes comunes eran ministros de economía y vice presidentes de la Nación y mucho peor, gobiernos cuyos integrantes se enriquecieron mal habidamente y personalmente sin generar una genuina fuente de trabajo. Gobiernos, que no tocaron un impuesto regresivo y mucho menos a sus cómplices de siempre, esa decena de enriquecidos sindicalistas corruptos, columna vertebral del nefasto “movimiento peronista”. Movimiento que nos acostumbró a Perón, a Lastiri, a López Rega, a Isabel, a la JP, a la Triple A, a los Montoneros, a Menem, a Kirchner y a Cristina. Movimiento que por poco, por muy poco casi nos deja a Scioli, un modelo Macri, pero incapaz.

No dudan criticar en el recinto la mal habida fortuna de los Macri. Fortuna que si mal no entiendo, se hizo a la luz de varios gobiernos peronistas, como tantas otras fortunas de nuestro país, con la diferencia sutil de que esas fortunas, al menos, crearon fuentes de trabajo, mientras que las fortunas de sus “tres mejores gobiernos de la historia” estarán enterradas en vaya a saber qué lugares de la Patagonia o donde sea.

Con una mano en el corazón ¿Duda usted que generaron sobreprecios de obras que pagaron, que no hicieron, que retornaron en forma de falsas facturaciones de hoteles a empresas del Estado?

Decenas de coterráneos míos (soy de Río Gallegos, que dicho sea de paso, hoy cumple 132 años) se enriquecieron de la noche a la mañana. Empezó la sociedad argentina a llamarles “empresarios” a delincuentes comunes que se apropiaron insanamente de los bienes del Estado.

Lamentablemente, como la única víctima de la fiesta menemista terminó siendo María Julia Alsogaray, de esta lacra solo unos pocos quedaran tras las rejas, nada del dinero será recuperado y nos legarán en cambio muchísimos años de atraso moral y cultural.

Como en el viejo juego de la oca, con estos últimos tres gobiernos, la oca encontró un zorro y retrocedió varios casilleros.

¿Hay alguna explicación que no sea la inmoralidad de un pueblo que no me merece el más mínimo respeto la que lleva a Menem, a todas luces corrupto, ya anciano, discapacitado y condenado por la justicia, a asumir como Senador Nacional e izar la bandera en el Congreso? Explíqueme esa infamia Diputado. Justifíquela. No dudo que su cinismo como el de tantos otros de sus “compañeros” encontrará rápidamente una original y retorcida estratagema para justificar, una vez más, una de tantas veces más, lo injustificable a todas luces.

Hoy, miraba un video del saludo de la Presidenta saliente, Michelle Bachelet al Presidente entrante, Sebastián Piñera y no pude menos que comparar los hechos con nuestra historia reciente.

En Chile, una Presidenta austera, honesta y genuinamente de izquierda deja la presidencia y augura una buena gestión a un Presidente de derecha, quien a su vez le agradece y le pide la colaboración de su experiencia ¡Qué envidia Diputado! ¡Qué envidia!

En nuestro país, afortunadamente, por lo impresentable del candidato oficialista, Scioli, le recuerdo, un invento de Menem, así como Palito y como Lole, el gobierno cambió recientemente de caras. No de signos, porque el gobierno de Cristina Fernández, más de derecha no pudo haber sido, además de corrupto e indigno.

Víctima y victimaria contumaz de una personalidad narcisista patológica, nuestra enriquecida y ostentosa Presidenta, no pudo con su naturaleza (como la fábula del alacrán que mata a la rana que lo cruzaba el río); se valió de artimañas insostenibles para no entregar la banda presidencial personalmente y se dio el gusto.

No tocó un solo impuesto estructural, no generó empleos genuinos, dejó pobreza, desempleo, educación precaria, negoció hasta con los derechos humanos, devastó las instituciones, dejó corrupción y narcotráfico en cuanto rincón del país se le pueda ocurrir. Relativizó la moral, llegando, gente que uno pretende culta y sabe honesta, a reconocer que hay que hacer plata, aun mal habida y a expensas del Estado, para gobernar. Una nueva y ecléctica teoría de “gobernabilidad” a la que nos familiarizó el kirchnerismo.

¿Algo puede haber perjudicado más a los jubilados que la congelación de sus pagos, la inflación y el falseamiento deliberado de los índices inflacionarios?

¿Le suena familiar esto?

¿Vio usted algo más chanta, retorcido e impresentable que las "listas testimoniales" a las que un día nos expusieron y nos impusieron?

Entre tantas cosas más, entre cientos de cosas más.

Ayer no solo se votaba una ley, ayer se votaba un estilo más civilizado de gobierno que el de vándalos, corruptos defendiendo una religión inmoral, destruyendo todo cuanto tocan y no representando nada de cuanto dicen representar.

Sus palabras diputado, no me sorprenden, son del estilo cínico e infame al que ya nos acostumbró ese seudo progresismo barato que usted conspicuamente representa.

Ojalá sigan en ese estilo. Será costoso y doloroso, tendremos que pintar todos los días las fachadas de nuestros edificios, pero cada vez tendrán menos votos, cada vez serán más repudiados.

La constitución guiando al pueblo - Guillermo Roux - Legislatura de Santa Fe

sábado, 30 de agosto de 2014

Viene por nosotros

Confinados a la hora de los amantes, entre las seis de la tarde y las ocho y media de la noche. Atados a elegirnos mundos que no podremos compartir, leyendo, escuchando música y mirando películas cada vez más francesas, cada vez más cine independiente en salas en las que el olor a humedad es bien recibido, es paisaje, en los que Once y Abasto crecen y crecen y la literatura y Barracas y la pobreza y el paisaje pos industrial y a sorprendernos o jugar a sorprendernos y desearnos y escondernos y provocarnos el dolor de la ausencia para aparecer a los pocos días llenos de poesías y pirámides violetas, regalos, músicas y dedicatorias como escaleras sin fin. A soñar que nos acompañamos en los viajes con la cabeza reposando en el hombro y besos con sueño y boca pastosa y volver a jugar al desencuentro y al desasosiego de labios mordidos y habitaciones vacías, renegando de todo todo lo estatuido pero deseándolo a la hora de la ausencia.

Nos encontramos. Un callejón sucio y romántico y pienso en vos. Un linyera, un puente, un gato flaco que cruza la calle me hace buscar la luna llena y el jazz vibra diferente. Busco tu boca y no la encuentro. No está. Son las diez de la noche. Me voy lejos, jugando a no despedirme, vos jugando a acompañarme en la imaginación. Te llevo conmigo, te llevo en mil cosas.

El mundo cambió, otra vez está el amor.